‘Parásitos’: el secreto de su impacto global

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Parásitos, bajo la dirección de Bong Joon-ho, impactó el escenario del cine global en 2019 de una manera inesperada. Esta película de Corea del Sur no solo conquistó a los espectadores de su propia nación, sino que también logró resonar con audiencias de todo el mundo, rompiendo las barreras del idioma y la cultura que tradicionalmente restringen la difusión del cine internacional. La interrogante que surgió para muchos fue: ¿qué hizo que esta obra, entre innumerables producciones mundiales, se transformara en un éxito de alcance global?

Una historia universal enraizada en lo local

Uno de los elementos clave del triunfo de Parásitos reside en su habilidad para tratar asuntos profundamente locales, como la desigualdad social en Corea del Sur, la división entre clases y la supuesta movilidad social, de una forma tan sincera y minuciosa que resulta comprensible universalmente. La historia se enfoca en la familia Kim, que es un reflejo de la lucha de millones de personas en todo el mundo por subsistir en sistemas caracterizados por la inequidad. La familia Park, en contraste, simboliza el aislamiento asociado al privilegio. Aunque esta dualidad se desarrolla en Seúl, podría aplicarse a lugares como Ciudad de México, París, Nueva York o Buenos Aires.

Diversas investigaciones en sociología destacan que naciones con marcadas disparidades socioeconómicas vieron en el filme un «reflejo perturbador», incrementando así su impacto más allá de Corea del Sur. La perspectiva cómica y a la vez dramática de Bong hizo posible que personas de diferentes culturas se identificaran con la historia, superando barreras idiomáticas.

El cine como medio cultural para conectar culturas

Bong Joon-ho, reconocido por su maestría al mezclar géneros, convirtió a Parásitos en una experiencia visual y emocionalmente intensa. La película navega magistralmente entre el drama, la sátira, el thriller y la comedia negra. Este dinamismo mantiene la atención del espectador y rompe con la estructura narrativa tradicional, destacando sobre otras producciones contemporáneas.

El empleo del espacio fílmico –la casa de los Park frente al semisótano de los Kim– es un recurso narrativo visual que trasciende palabras y permite comprender la jerarquía social sin necesidad de diálogos extensos. La utilización del color, la iluminación y el ritmo de edición se alinean para crear una atmósfera de tensión creciente que culmina en un impactante desenlace.

Críticos cinematográficos de distintos países resaltaron su guion no lineal y su capacidad para sorprender al público, lo cual se reflejó en la puntuación casi perfecta que mantuvo en plataformas de crítica especializada durante meses.

El poder del reconocimiento internacional

Varios meses tras su lanzamiento, Parásitos triunfó en los destacados festivales mundiales: obtuvo la Palma de Oro en Cannes y luego —en un acontecimiento histórico— el Óscar a Mejor Película, Mejor Película Internacional, Mejor Director y Mejor Guion Original en 2020. Este logro, sin precedentes para una película no hablada en inglés, propició una nueva visión del cine internacional.

Las campañas de distribución y promoción también jugaron un papel crucial. Distribuidores en Estados Unidos, Europa y América Latina supieron capitalizar el «boca a boca» y aprovechar la curiosidad del público por propuestas diferentes, logrando que Parásitos alcanzara salas independientes y comerciales por igual. Incluso, antes de la era de las plataformas digitales masivas, la película se mantuvo firme en cartelera durante semanas, batiendo récords de taquilla para una producción asiática.

Impacto cultural más allá del cine

El impacto de Parásitos fue más allá del cine. Desde la creación de memes virales hasta la inclusión en debates académicos sobre desigualdad, la película superó su rol artístico para convertirse en un impulso para discusiones sobre asuntos importantes. Profesores de sociología, economía y estudios culturales utilizaron escenas del largometraje para ilustrar la actualidad y complejidad de la lucha de clases en el siglo XXI.

Marcas internacionales y creativos de diversos rubros recurrieron a la estética de la película y sus símbolos –el peñón, la lluvia torrencial, los planos inclinados de la casa– como referentes visuales de una nueva narrativa sobre la modernidad urbana y sus contradicciones.

La democratización del acceso a historias diversas

El éxito global de Parásitos evidenció la transformación del consumo audiovisual en el siglo XXI. Las audiencias, gracias a la proliferación de plataformas de streaming con doblajes y subtítulos, tienen ahora mayor acceso a historias de distintas partes del mundo sin considerar el idioma como un obstáculo. La aclamación de la crítica ayudó a borrar prejuicios sobre el cine en otros idiomas y despertó un inusitado interés por la cinematografía surcoreana y asiática en general.

El impacto de ‘Parásitos’

Al estudiar el alcance de Parásitos, queda evidente que su fenómeno a nivel internacional no fue un accidente ni resultado únicamente de una estrategia de mercado. Su éxito se basa en la universalidad de sus temas, la excelente calidad de su realización, y la manera en que conecta con el espíritu de una era caracterizada por la incertidumbre, el descontento social y la apertura hacia nuevas visiones culturales. Parásitos abrió para muchos la puerta a explorar otras cinematografías y comprender que las historias más destacadas pueden surgir de lugares inesperados, siempre que se cuenten con sinceridad y habilidad.

Por David Ramos